Las pinturas de tráfico, aquellas resistentes por excelencia son comúnmente elegidas para ser aplicadas sobre superficies totalmente expuestas a la intemperie debido a su durabilidad y gran visibilidad.
Estas cualidades son conseguidas gracias a su composición a base de resina acrílica, fórmula que le otorga al material gran resistencia ante impactos constantes, dureza y una gran defensa contra los rayos ultravioletas, hongos, humedad y la alcalinidad.
Asimismo, son ideales para las superficies externas debido a las siguientes características:
- Son altamente lavables: solo requieren agua y jabón.
- Se pueden aplicar de manera práctica con el instrumento que la persona prefiera.
- Tienen gran poder de adhesión sobre la superficie y una buena flexibilidad.
- Cubren la zona de manera nivelada y pareja, por lo que se puede afirmar que tienen un alto poder de cubrimiento.
- Resisten muy bien al calor y el sol.
- Son pinturas que seca rápidamente, por lo que no habrá problemas si después de pocos minutos se necesita hacer un trabajo cerca de la zona recubierta.
Por ello, son un gran material para ser utilizadas así sea en las calles de la ciudad o en las carreteras. Pero no solo son recomendables debido a ello y a los grandes beneficios que pueden facilitarles a los peatones y vehículos, sino también porque son pinturas amigables con el medio ambiente.
Según el reporte sobre la calidad del aire en Latinoamérica publicada en el 2021 por IQAi, se demostró que el Perú lideraba la lista de países más contaminados con una concentración de 29.6 de materia particulada, considerada como el contaminante más dañino para la salud.
Con dicho panorama acechando, es relevante tener conocimiento de los productos que se usan, ya que pueden afectar en distinta medida el estado del medio amiente. Por ello, otro factor por el que los expertos recomiendan las pinturas de tráfico es que tienen muy pocos compuestos orgánicos volátiles (VOC), contaminantes del aire que, al ser mezclados con óxidos de nitrógeno, reaccionan para formar ozono al nivel del suelo. Este ozono en altas concentraciones lo respiramos y generan graves afecciones en la salud y el medio ambiente.
Esta línea de pinturas también es ecoamigable porque no usan pigmentos a base de plomo ni cromatos, cumpliendo, así, con las regulaciones del MTC y de los gobiernos regionales. Por ello, La pintura acrílica a base de agua es la nueva tendencia en seguridad vial.
Tipos de pintura de tráfico
Las mejores pinturas de tráfico las encuentras en JET, donde podrás elegir entre distintos tipos de material de acuerdo a tus necesidades con tan solo revisar las fichas técnicas de cada uno.
Igualmente, te dejamos a continuación los distintos productos de esta línea de pintura que encontrarás en nuestro catálogo:
- Acrílica:
Es un tipo de pintura de tráfico hecha a base 100% de resina acrílica y con pigmentos orgánicos libres de metales pesados. Por ello, se trata de un material de secado muy rápido al tacto. Además, tiene una gran adhesión a la superficie y tiene mucha resistencia frente a problemas que enfrentan las pinturas en el exterior: decoloración, manchas y suciedad, deformación y altas temperaturas.
- Base Solvente:
Está fabricada a base de resina acrílica modificada ofreciendo un rápido secado de ocho minutos aproximadamente y buena adhesión y retención de las microesferas retro reflectivas.
En cuanto al rendimiento práctico, depende del espesor definitivo de película seca y del desperdicio en la aplicación. Otros beneficios es que no contiene brea ni derivados, es resistente a cambio de temperaturas extremas y es de fácil aplicación.
- Base de agua:
Al tacto, se demora entre cinco y diez minutos. Al tacto duro, es de dos a tres horas. Como lo describimos en la sección previa, se trata de una pintura eco amigable con bajo VOC y no tiene plomo ni cromatos que afectan la salud y el medio ambiente.
Cada una presenta distintos beneficios y características que serán de gran ayuda según la aplicación —tanto la superficie, como la exposición, la utilidad y el entorno— que se le dé a la pintura.
¿En dónde se aplican?
La presencia de estas pinturas es esencial en nuestra rutina diaria. Están cada vez que salimos de casa y estamos tan adaptados a ellas que pasan desapercibidas.
Son utilizadas como señalización por toda la calle a manera de guía tanto para peatones como para vehículos. Indican todo aquello que podemos y no podemos hacer para mantener el orden y la seguridad de todos.
En este sentido, cabe determinar que las pinturas de tráfico se pueden aplicar sobre pavimentos, asfalto y concreto, y nos brindan mucha información de distinta clase y en distintos contextos. Por ejemplo, se aplican en:
- Aeropuertos, en las pistas de aterrizaje.
- Las pistas, para distinguir en qué dirección va cada carril.
- Sobre los rompemuelles, para advertir sobre obstáculos en el camino.
- En los estacionamientos, para ordenar y guiar la forma en que se deben situar los vehículos.
Y muchas otras formas de ser aplicadas. Siempre a plena vista, aunque estemos plenamente acostumbrados a estas pinturas llenas de información.
Los colores de pintura de tráfico más utilizados son el amarillo y el blanco; sin embargo, también hay otros colores de esta línea de pinturas que son aplicadas, aunque con menor frecuencia, tal y como el verde.
La pintura de tráfico verde también es una buena manera de señalización. A veces se utiliza en la pista para advertir estacionamientos preferenciales, zonas ecológicas o de desmonte, ciclovías, entre otras aplicaciones. Por otro lado, también son usadas en los campos deportivos como las canchas de tenis, fútbol, vóley y mucho más.
¿Cómo funcionan de noche?
Así como son de mucha utilidad informativa durante el día, de noche pueden ser igual o más importantes, ya que nuestra escasa visibilidad en la oscuridad nos hace más vulnerable frente a accidentes que pueden ser letales.
De modo que sean luminosas y fácilmente notorias para nuestra visión, se siembran microesferas de vidrio sobre la pintura para que, al anochecer, estas sirvan como espejos que rebotan las luces de las calles y los vehículos, y, así, reflejen una mayor iluminación —lo que se llama retro reflectividad—. Muy eficiente y muy simple, pero, sobre todo, seguro.