En este artículo te explicaremos más acerca de su composición y método de preservación, donde la pintura para galvanizado se destaca como la mejor opción de cuidado.
¿Qué es el acero galvanizado?
El acero galvanizado es una capa de zinc sobre el acero. Pero ¿a qué se debe su predilección en las diversas industrias? Pues a su composición. El acero galvanizado se destaca por brindar resistencia, mecánica y protección anticorrosiva a toda superficie de acero previamente preparada.
Existen 3 tipos de galvanizado: el primero, galvanizado electrolítico, el cual se caracteriza por depositar una capa de zinc mediante una corriente continua controlada. Su espesor no supera las 10 micras y se emplea en la protección de piezas pequeñas que requieren de un acabado más uniforme del que se obtiene con un galvanizado en caliente.
El segundo, galvanizado zincado o galvanizado en frío (término comercial). Consiste en aplicar pintura de polvo de zinc y unas resinas especiales mediante pistola, brocha o rodillo. Se suele utilizar en bobinas de acero que posteriormente se emplean en coberturas, chasis de automóviles, etc. Este método alcanza espesores que no superan las 20 micras.
Y el tercero, el proceso que brinda mayor durabilidad y protección, llamado galvanizado HDG (hot dip galvanized). En este método las estructuras deben ser puestas en inmersión en un baño caliente de zinc fundido, a una temperatura de aproximadamente 450 ° C. Se usa en una amplia variedad de elementos como techos, paneles de pared, puertas, estructuras de acero, entre otros.
Este último proceso nos ofrece tres tipos de protección:
- Barrera: el espesor de la capa de zinc aísla el acero.
- Catódica: el zinc actúa como ánodo, sacrificándose para proteger el acero.
- Formando una pátina: se forma por los subproductos (óxido de zinc, hidróxido de zinc y carbonato de zinc) de la reacción del zinc con el medio.
El galvanizado HDG puede alcanzar hasta 150 micras de espesor de película seca, por lo que se selecciona, principalmente, por su durabilidad y resistencia superior a la corrosión. Es popular en los campos de la construcción, electrodomésticos, automóviles, contenedores y transporte.
Razones por las que se recomienda pintarlo
Si bien es cierto que el acero galvanizado es resistente y de gran durabilidad, emplear pintura para galvanizado otorga una protección mayor que garantiza y duplica su poder anticorrosivo. Asimismo, en la arquitectura metálica de hoy en día, su natural acabado metálico estético también exige color. Este efecto se consigue de forma sencilla: pintando su superficie.
Debemos tener en cuenta que cuando el galvanizado es expuesto a ambientes agresivos, como, por ejemplo, sometido a pH menores a 6 o superiores a 12, la capa de zinc se desgasta rápidamente y se corroe el acero. A la suma de galvanizado más pintura se le conoce como sistema dúplex.
La pintura para galvanizado cuenta con múltiples ventajas que la convierten en una opción ideal de protección y preservación. Entre estas características destacan su poder de adherencia al metal, resistencia a la corrosión y durabilidad (al ser una barrera entre el ambiente y la superficie galvanizada), flexibilidad ante las deformaciones y movimientos del metal, y un excelente acabado gracias a la variedad de colores de pintura.
Dependiendo del servicio al cual esté expuesto variará la preparación de la superficie y el sistema a aplicar.
Pasos previos al pintado
Para servicios en el cual la corrosividad del galvanizado es baja, es suficiente prepararlo realizando un lavado con detergente biodegradable similar al Deterjet 20; además de un lijado superficial mediante lija metálica #100. Debe asegurarse de limpiar el polvo con aire a presión. Y previamente, antes del pintado, limpiar con un trapo industrial que esté humedecido con solvente.
Para servicios en los cuales la corrosividad del galvanizado es alta, una mejor adherencia asegura la protección anticorrosiva del sistema aplicado, por ello debe realizarse una preparación mediante chorro abrasivo. Para ello, será necesario utilizar garnet como abrasivo. El perfil de anclaje que debe lograrse es de 0.75 mils, mínimo.
Imprimación
Como la superficie galvanizada es un acabado liso, se recomienda utilizar como imprimación un promotor de adherencia como el Jet Primer Epoxi. Este epoxi modificado tiene la capacidad de adherirse en superficies no ferrosas y sobre el galvanizado.
Será necesario aplicarlo a 25 micras (1 mils), esto nos servirá de enlace con el resto del sistema total empleado. La imprimación proporciona una mejor adherencia de la pintura y sirve como una protección adicional a la superficie.
Acabado
Una vez que la imprimación se haya secado completamente, aplicaremos la pintura de acabado siguiendo las indicaciones de la ficha técnica correspondiente. Una opción es usar una capa intermedia para aumentar la protección barrera en ambientes severos o corrosivos.
Esta opción se realiza usando pintura epóxicas con alto contenido de sólidos y, por ende, de un mayor espesor. Un ejemplo de recubrimiento que cumple con este requerimiento es Jet 85MP.
Finalmente, el acabado brillante se puede conseguir usando un poliuretano alifático como el Jethane 650 HS, en el color que sea requerido.
Aplicación
El método de aplicación para pintar sobre el galvanizado no es muy diferente al modo que se emplea para pintar otras superficies. Luego de que se ha preparado la superficie y se ha verificado que se han eliminado los contaminantes superficiales, se procede a aplicar la pintura mediante los métodos indicados en las hojas técnicas de los productos seleccionados.
Se pueden emplear diferentes tipos de equipos de aplicación de pintura (brochas, rodillos o pistolas de pulverización). Sin embargo, los expertos recomiendan el uso de pistolas de rociado a presión para conseguir un acabado uniforme y estético.
No debemos olvidar trabajar en un área correctamente ventilada y emplear los equipos de protección necesarios como gafas de seguridad, guantes y mascarillas; especialmente si se trabajará con pinturas a base de solventes o trabajos de limpieza con abrasivos.